No es ningún secreto que, para destacar en el saturado panorama actual de las redes sociales, hay que ir más allá. Es decir, tienes que aportar más valor a tu (potencial) audiencia que algún que otro meme seguido de algún anuncio nada sutil de lo que le estás vendiendo.
Ahí es donde entran los workflows en redes sociales, para ayudarte a no perder el rumbo y lograr tu objetivo. No hay duda de que crear un flujo de trabajo en redes sociales que atraiga a la audiencia puede parecer complicado, pero no tiene por qué serlo. Siguiendo estos sencillos pasos, podrás mejorar el engagement y la calidad de tu presencia en social.
En pocas palabras, un flujo de trabajo en redes sociales es un proceso que se puede seguir para crear y publicar contenido en perfiles sociales. El proceso incluye la creación de contenidos, su programación y publicación en las redes.
Ahí está el quid de la cuestión. Sin embargo, un flujo de trabajo en redes sociales es mucho más que lo que publicas y cuándo lo haces. Lo ideal es que abarque desde los aspectos administrativos, como la distribución de tareas, hasta los procesos de creación y distribución de contenidos. La exhaustividad de tu flujo de trabajo en redes sociales debe ser directamente proporcional al tamaño y nivel de experiencia de tu equipo. Aunque te parezca algo difícil, no te preocupes: tu flujo de trabajo en redes sociales no tiene por qué abarcarlo todo desde el principio. Todo se reduce a la iteración y a los ajustes a medida que vayas haciendo por el camino para descubrir lo que funciona y lo que no.
Los flujos de trabajo en redes sociales son importantes porque nos ayudan a ser más eficientes y eficaces en la creación y publicación de contenidos. Aunque las redes sociales han avanzado mucho desde la época en la que el único becario de social media publicaba contenido de la marca desde el puf de su coworking, te sorprendería saber cuántas empresas siguen sin tener un plan claro.
Esto no quiere decir que todas las empresas necesiten un flujo de trabajo de redes sociales en el plano corporativo, pero si establecemos ahora una base sólida (con procesos ajustados y todo eso), hacer futuras ampliaciones será mucho, mucho más fácil. Además, al seguir un proceso, obtienes el beneficio obvio de garantizar que el contenido sea de gran calidad y que llegue a tu audiencia en las plataformas que utiliza.
Ahora que hemos definido qué es un flujo de trabajo en redes sociales y por qué es importante, vamos a profundizar en el asunto principal del artículo.
El primer paso para crear un flujo de trabajo en redes sociales es establecer tu audiencia y tus objetivos. ¿A quiénes intentas llegar con tu contenido? ¿Qué quieres lograr con tu presencia en redes sociales? Cuando tengas la respuesta a estas preguntas, podrás empezar a crear contenidos adaptados a tu público y que te ayuden a conseguir tus objetivos.
Un ICP (por sus siglas en inglés, “Perfil del Cliente Ideal”) es un personaje semificticio que representa a tu cliente ideal. Este es un tema lo suficientemente amplio como para merecer su propio artículo, así que, en este caso, vamos a ceñirnos a la versión resumida.
Al crear contenido, siempre debes tener presente tu IPC. ¿Quién es? ¿Cuáles son sus intereses? ¿Qué redes sociales utiliza? Si sabes cómo es tu ICP, podrás crear contenidos que tengan más posibilidades de captar su atención.
Aquí te contamos cómo establecer tu ICP para el marketing en redes sociales:
1) Identifica tu mercado objetivo
El primer paso es identificar tu mercado objetivo. ¿A quiénes quieres llegar con tu producto o servicio? Una vez que conozcas bien tu mercado objetivo, podrás empezar a delimitar quién es tu ICP.
2) Investiga a tu audiencia
Una vez que tengas un buen conocimiento de tu mercado objetivo, podrás empezar a investigar a tu público. Hay varias formas de hacerlo, pero algunos métodos incluyen la realización de encuestas, entrevistas y focus groups.
3) Crea un perfil
Este perfil debe incluir información como sus datos demográficos, intereses y hábitos en las redes sociales.
4) Prueba y ve realizando ajustes
Tras crear y establecer el perfil, debes probarlo para ver si es acertado. Puedes comprobar si es efectivo creando contenido y midiendo luego la interacción que genera. Si ves que tu ICP no interacciona con tu contenido, puede que tengas que afinar más el perfil.
Una vez establecido tu IPC, es hora de centrarse en las plataformas. Aunque puede parecer tentador estar en todas las plataformas, es importante recordar que no todas son iguales. En lugar de intentar mostrarte en todas las plataformas, céntrate en las que te ayuden a conseguir tus objetivos y, lo que es más importante, en las que tu ICP pase más tiempo. Por ejemplo, si tratas de llegar a un público B2B, LinkedIn puede ser una plataforma mejor que Twitter, aunque algunos no estén de acuerdo, ya que Twitter se ha convertido en un hotspot para los marketers y profesionales B2B.
Aquí te contamos algunos aspectos generales que debes tener en cuenta a la hora de decidir a qué plataforma dirigirte:
Ahora que sabes quién es tu audiencia y a qué plataformas vas a dirigirte, es el momento de definir algunos objetivos para establecer tu presencia social.
A la hora de establecer objetivos, recuerda siempre que hay que empezar con algo pequeño. Intentar hacer demasiadas cosas a la vez suele acabar mal. En su lugar, céntrate en establecer objetivos pequeños y alcanzables que puedas ir aumentando poco a poco con el tiempo.
Estos son algunos ejemplos de pequeños objetivos para las redes sociales:
Cuando hayas establecido algunos objetivos pequeños, puedes trabajar para conseguir otros más grandes. Pero recuerda, céntrate siempre en la calidad antes que en la cantidad. Es mejor tener un número menor de objetivos bien definidos sobre los que puedas construir que apuntar demasiado alto y obtener resultados mediocres.
Cuando hayas establecido tus objetivos, es el momento de redactar un conjunto de directrices y buenas prácticas. Estos guidelines te ayudarán a garantizar que tu presencia en las redes sociales se ajuste a la marca y sea coherente, entre otras cosas.
Estas son algunas cosas que debes tener en cuenta a la hora de redactar tus directrices:
Las funciones y las responsabilidades, el corazón y el alma o la analogía que tú prefieras sobre un flujo de trabajo ajustado en redes sociales. Dependiendo del tamaño de tu equipo, puedes asignar tareas específicas a personas concretas. Por ejemplo, es posible que quieras que una persona se encargue de crear el contenido, que otra se encargue de curar el contenido y que otra se encargue de publicarlo (o no; más adelante hablaremos de ello).
Independientemente del tamaño de tu equipo, es importante tener claro quién es responsable de qué. Que todo el mundo se entere de la película reduce la probabilidad de que se produzcan errores y crisis de relaciones públicas.
Entrando ya en detalles, aquí te dejamos una composición básica del equipo de redes sociales para que puedas empezar:
Por supuesto, siempre puedes añadir más puestos según sea necesario, pero estos son los elementos básicos que necesitarás para empezar. Además, si tu proceso de creación de contenidos implica a varias personas, te recomendamos que utilices una plataforma de marketing de contenidos (CMP) para centralizar todas tus actividades.
¿En qué métrica debes centrarte? Depende de tus metas.
Estos son solo algunos ejemplos. Hay muchas otras métricas que puedes seguir, en función de tus objetivos específicos. Lo importante es que escojas las métricas más importantes para ti y las que te ayuden a medir tu éxito. No hace falta decirlo, pero no caigas en la trampa de las métricas superfluas.
Una de las mejores formas de garantizar que tu presencia en redes sociales sea atractiva es crear un calendario de contenidos. Un calendario de contenidos te ayudará a planificar y programar tus contenidos con antelación, para que puedas asegurarte de que sean relevantes e interesantes para tu audiencia.
Hay varias formas de establecer un calendario de contenidos. Puedes utilizar Google Calendar, Microsoft Excel o incluso papel y boli. Da igual cómo lo hagas, siempre que tengas un sistema que te funcione.
Cuando configures tu calendario, hay algunas cosas que debes tener en cuenta:
Ahora que tienes un calendario de contenidos, es el momento de empezar a publicarlos. Asegúrate de cumplir tu planificación y publica contenido con regularidad.
Es más fácil decirlo que hacerlo, ¿no? Lo cierto es que no. Programar las publicaciones individual y manualmente para cada plataforma puede darte mucha pereza, pero puedes utilizar una herramienta de programación de redes sociales para ahorrarte el trabajo.
Después de seguir y controlar tu flujo de trabajo en redes sociales durante un tiempo, es importante analizar los resultados. ¿Estás logrando tus objetivos? De no ser así, ¿por qué? ¿Qué puedes hacer para mejorar tus resultados?
Luego están las métricas. ¿Cuáles están aumentando? ¿Cuáles están bajando? ¿Qué cambios necesitas hacer para mejorar tus resultados?
Por último, no tengas miedo de experimentar. Prueba cosas nuevas y comprueba lo que te funciona mejor. No hay una forma perfecta de crear una presencia en las redes sociales que atraiga al público. Lo importante es encontrar lo que mejor te funcione a ti y a tu marca.